12.6.13

Felicidad


Antigua, larga, tranquila, como si aguardara el momento para acercarse y acariciarme el alma, así llegó la felicidad hoy tempranito. Ésta es su voz.
Hace muchos años, más de treinta, los Baranzano me invitaron a integrar un coro de cámara. Laura era mi compañera de voz. Una genia
De todas las canciones del pequeño repertorio que tuve que aprender a las apuradas para una presentación en el Liceo Logosófico, Exultate justi era la que me fascinaba.
Desde entonces, junto con La tricotea, se convirtieron en mis canciones de ducha. Bueno, más que canciones, himnos. Himnos cantados con fervor bajo el agua, seguramente ayudada por el vapor tibio que me permite conseguir, a gatas, los agudos que requieren las monstruosas composiciones. Himnos que en la bañera levantan más decibeles que los tres tenores juntos.
Pues esta mañana muy temprano, bajaba por Sarmiento para el consultorio, cuando la melodía hizo su irrupción extemporánea :) No había ducha, tampoco llovía y ahí estaba yo, cantando el entrañable Exultate. Fue un raro-lindo. Así que apuré el paso pensando que tal vez googlito adorado podría hacerme un regalo. Y así fue!!! Las encontré! Así fue que me fui. La felicidad me llevó con ella.~